Yo, mi arquitecto

A través de la página Construtic he encontrado una noticia en La Vanguardia Digital.
En esta noticia se habla de los programas que permiten diseñar tu propia casa a partir de elementos que tienen en una base de datos.
Antes de comentarlo me gustaría que leyerais la noticia: Click aqui

Y bien?, no sé si os habeis fijado pero la fecha de la noticia es del 28/12/06, lo cual me hace dudar de su seriedad (día de los inocentes en España, en el que se suelen gastar todo tipo de bromas)

Aún así, todos conocemos la existencia de este tipo de programas y seguro que alguno incluso hemos probado de que son capaces. Yo tengo que decir que hasta donde yo conozco estos programas no van más allá del diseño de horteradas como esta:
"El programa permite cargar fotos de casas existentes para probar cómo quedarían cambiando la decoración o los materiales e incluye herramientas constructivas profesionales." (Texto extraído del propio artículo)







Yo soy de los que opinan que muchos arquitectos no siente pasión alguna por su trabajo y está falta de interés es la culpable del desastroso nivel medio arquitectónico en los extrarradios de las ciudades españolas (tanto en vivienda unifamiliar como multifamiliar).
Pero seamos serios, en realidad creemos que estos programas van a contribuir a mejorar nuestras vidas o son otro paso hacía atrás que nos hace dar la tecnología?
Dejo abierta la pregunta y os invito a añadir vuestras opiniones y comentarios, pero no puedo resistirme a empezar por el mio.

Empiezo siendo tajante en cuanto a los programas que existen actualmente en el mercado y la forma en la que están orientados, puesto que creo que es denunciable que se asegure además que con estos programas te puedes ahorrar los honorarios del arquitecto. Que pasa que también te va a construir la casa el programa? o a lo mejor es que un par de albañiles o un constructor con unos planos ya saben hacer una casa? Sionceramente sería un desastre. Y en resumen estas afirmaciones a lo que nos conducirían es a la disputas con algunos clientes. (No quiero recordar la época en que empezaron a aparecer los programas de CAD y los plotter y en la que los arquitectos ya solo elegían el color de las paredes).

No estoy diciendo que el arquitecto sea el que decide unilateralmente el diseño de una casa, sino que este diseño debe surgir única y exclusivamente de la relación entre el arquitecto y el propietario. Las mejores casas de la historia vienen de manos de clientes con un gusto exquísito.

A pesar de esta condena, voy a apuntar otra vía mucho más interesante en esta línea de personalización de la vivienda. Estoy convencido de que se pueden diseñar múltiples sistemas de viviendas modulares en las que la personalización sea un factor primordial y en la que los gustos y preferencias de cada habitante queden satisfechos. Esta tendencia a la "customización" que estamos viendo (o sufriendo) en otros aspectos de la vida (citar tendencias como el tunning o los ipod) debería verse reflejada en la vivienda colectiva sobre todo cuando vivimos en una época en la que gracias a la industrialización, prefabricación y el avanzado grado de desarrollo de materiales como el vidrio, el acero y el hormigón estas utopías empiezan a hacerse posibles. Este es un camino dificil y peligroso, puesto que el diseño de estos sistemas corre el riesgo de caer en pastiches y horteradas pero me constan algunos ejemplos en los que se han empezado a investigar estos caminos con resultados muy interesantes.

Si os interesa este tema os puedo recomendar "Housing+Singular housing" de Manuel Gausa y editado por Actar (genial edición como siempre). Estupendo libro en el que se habla de este y otros muchos temas relacionados con la vivienda colectiva y aparecen algunos buenos ejemplos.

1 comentario:

Shinnee dijo...

Es increible tener que aguantar todo este bombardeo de chorradas intentando menospreciar el trabajo que los arquitectos realizamos. Y engañando a la gente que se lo cree.

Los arquitectos de verdad, porque los que construyen esos "horrores del extrarradio", no sólo son sustituibles por el programa de construcción de los sims, sino por un mono con un lapicero.

Lo de dejar al usuario la última palabra en cuanto a la personalización, asusta más si lo piensas, que si ves como se lleva a la práctica. El tal usuario se lleva la sensación de total libertad, y sin embargo sólo es un elemento de azar en un juego compositivo aleatorio que ha definido el arquitecto. Cuanto mejor es el arquitecto, más sensación de decisión tiene el usuario, pero el resultado sigue siendo lo que el autor había previsto. A los malos arquitectos... incluso sin prever personalización, les cerrarán terrazas, les pintarán barandillas y les pondrán toldos.

El problema se lo veo al urbanista, que es el que tiene que jugarsela y pensar si en su plan van a construir buenos arquitectos, o malos arquitectos. Y estadísticamente, abundan los malos... (o son muy productivos, no se XD)