A raíz de un artículo publicado en un suplemento de El País titulado Arquitectura en la Red, varios de los blogs que sigo se han posicionado en contra de la desinformación del autor del artículo y de la imagen superficial que en este se puede leer sobre los recursos que internet ofrece en relación a la arquitectura.
Algunos de estos compañeros que ya han expresado sus opiniones son: Miguel Villegas en arquitextónica, Carlos Cámara, y nmas1 además de un artículo bastante relacionado de Álvaro Carnicero. Yo he publicado mi opinión al respecto en el foro de +arquitectura y la copio aquí para tratar de darle un poco más de difusión e invitaros a añadir vuestros comentarios o ideas tanto aquí como en el foro.
En cuanto a las opiniones de nmás1 y Carlos, no me han defraudado, cada uno en su línea. Desde nmas1 una crítica mucho más directa, ácida, hiriente e incluso personal (pero siempre divertida), mientras que Carlos es más reflexivo y contenido, poniendo por escrito una preocupación que compartimos muchos de los que andamos por aquí. También me gustaría apuntar la opinión de Miguel Villegas desde arquitextónica, otro de los compañeros con los que tantas veces estoy de acuerdo.
Voy a evitar entrar a criticar al """¿¿periodista??""" (creo que tres comillas y dos interrogaciones no son suficientes), porque por desgracia este fenómeno va más allá de este caso concreto.
En realidad lo escandaloso no es solo que en un artículo para un suplemento de un periódico se suelte una selección de páginas tan poco documentada (la sección de arquitectura de muchos dominicales es divertida), mucho más grave es sin duda que ese tipo de artículos superficiales esté cambiando la forma en la que la sociedad percibe la arquitectura. Mucho más relacionada con las páginas de moda y complementos que con las de arte o sociedad.
Sin embargo, lo más grave de este asunto, es que esta tendencia a la superficialidad se esté trasladando a los ámbitos profesionales/académicos. Lo peor no es que esa opinión sobre arquitectura en la red sea la que me "suelten" mis tíos en la última comida familiar, lo grave es que esa visión es muy similar a la que tienen algunos arquitectos y muchos estudiantes de arquitectura.
Esa misma actitud superficial y efectista del artículo de El país, es en mi opinión, la que comparte Edgargonzalez con su blog, y en cierta medida, la que podría representar BIG en el mundo de la arquitectura, como podemos entender en el último artículo de btbwarch (gran incorporación a +arq). Ofrecen proyectos/información inmediata, fácil de digerir, ausente de crítica o reflexión, y sobre todo en ingentes cantidades. Cuantas más entradas, comentarios, o proyectos seamos capaces de hacer en el mismo tiempo, mucha más repercusión tendremos en otros medios, qué en definitiva, es el camino que nos lleva al éxito (además de una buena dosis de optimismo y auto-proclamación). Se trata de un fenómeno global que lleva mucho tiempo afectando a la cultura y la sociedad (televisión, literatura, prensa, política...) y que empieza a introducirse también en nuestra profesión.
Hansbrinker, hace un par de comentarios similares en arquitextónica y el blog de Carlos:
“si EG está donde está, es por su propio merito, nos joda o no, el tío tiene muchísimas visitas… igual mejor que decir lo malo que es, deberíamos aplicarnos para conseguir desbancarle de su posición”.
Estoy de a cuerdo con él en que EG ha sabido aprovechar una oportunidad mejor que nadie. El ha entendido la demanda desde la sociedad de un tipo de información y se la está dando. De hecho conseguir ese número de visitas es digno de mención, se lo merece. Pero en mi opinión esa mención no debería ser la presencia en un jurado de arquitectura, la plaza de profesor en una universidad, o la presentación en los medios como un “experto en arquitectura”. Este tipo de menciones deberían tener en cuenta, no tanto la fama o repercusión mediática, como la excelencia en el desarrollo de la profesión, la ética o el sentido de la responsabilidad informativa y si estamos hablando del valor como difusor de arquitectura, que menos que demostrar una línea editorial clara y crítica, como muchas otras páginas están demostrando.
Por ello insisto en que mi crítica no se enfoca tanto hacía EG (cada uno hace en su blog lo que le parece), como hacia los que lo han colocado donde está. No se puede aceptar que las instituciones empiecen a apostar por esta falta de valores en estos tiempos de cambios en nuestra profesión. Sin duda, estoy con Calos en que los más grave de todo es que la única entrevista (aparte de la presentación de Pezzi) del Congreso de arquitectos de éste año sea esta entrevista a Edgar, o que haya sido nombrado jurado de la X bienal de Arquitectura.
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